Hoy desearía embriagarme, con el dulce sonido de tu voz.
Sentir la tibieza en mi piel, al mirarme tus ojos.
Y paseándose por todos los rincones de mis calles, el tacto ágil y hermoso de tus manos
El día se terminó, la noche reina y dueña es, por eso me voy a permitir soñarte.