Santiago Miranda

Aquello que no trata de sí, sino de algo más

 

Este amor no trata de este amor únicamente
Y este dolor no solo remite a sí. La muerte
Implica algo más que la muerte, en sí
No importa más que aquello y el nacer
No es lo más complejo del nacimiento
Y cada figura, cada sonido, cada remoto ente
Ligado algo más fuera de sí, Inconcebible
Sin esto, su amor o su muerte, aquello
Que roza sin decirlo, sin herirlo, sin tocarlo
Que oculta ahí todo su ser. Y nosotros no
Somos diferentes, sino más de lo mismo
De nosotros mismo, de aquello que es lo mismo
Y no se diferencia sino en nosotros, a obra nuestra
Por azares y discontinuidades del destino.

Ii

Una puerta abierta tras un pasillo hundido
En la noche, un espejo demostrándose infinito
Una voz se deja oír, colandose a través de un suspiro
O paredes de otro cuerpo inexpugnable

En la noche ascendiendo a otro día que no es
Sino el mismo, y respondida otra palabra
A través de tus labios, tu sentido se defiende
Con el estilo evasivo de lo existente, ni desnudos
Ni extasiados de rincones líquidos, hemosnos
De encontrar con lo que el otro llama por otro
O lo que uno llama uno y no otro

III

Todo juega con todo, su distractivo juego
Como nuestro cuerpo resuena al ser chocado
Por voluntad propia contra el césped o lechos

Todo juego con aquello que oculta o devela
Pero jamás consigo, no puedo sino buscar
Afuera a otro (¿Y que sucedería si antes de mí
Todo de mí a mí remite?)
Antes de perder ya habrías perdido