Lo que más me gusta de observar un cadáver, es que la mayoría de las personas por primera vez dejan de finjir ya no tienen forma de esconder lo que realmente son, su verdadera personalidad sale expulsada hacia las facciones de la cara, la fotografía hace aparecer lo que jamás se persibe en un rostro real permite ver más allá, la gente muere por un instante, siempre relacione la muerte, es decir; la evidencia del esto a sido con la fotografía es inquebrantable, nadie puede negar que estuvo allí si una fotografía lo indica, nadie puede negar que estuvo vivo si esque muere.
La fotografía solo adquiere su valor pleno con la desaparición irreversible del referente, con la facinante muerte, con el paso del tiempo.
La fotografía cuyo referente desapareció conservan eternamente lo que fue su escencia, pero si fotografías algo ya muerto, ya desaparecido, ¿Qué es lo que se conserva?, ¿Qué escencia tiene?, es el vacío mismo.
La sensación de vacío nunca fue el problema, solía apreciarlo, la soledad se saborea o se padece es una dulce contradicción y una nefasta contradicción.
Aveces solo me aseguro de que pueda sentir algo, está muerte me llena de vida dejar de lado lo esperado y actuar por placer, encontrar tu escencia en el instante fotográfico y volverla eterna.