Hoy te escribo sencillamente porque creo ya no poder frenar este sin fin de sensaciones, que tu solo tu me haces experimentar, este jodido buen vicio de siempre perderme en tu belleza y no poder nunca aparentar, ya que por mero instinto entro en frenesi al sentir tu presencia.
Al principio te vi como mi competencia, debido a que tu curiosidad angelical te hizo resaltar, siendo así a mi parecer, la más inteligente. Poco a poco desde lejos he ido observando de ti, lo más hermoso, tu sin igual sonrisa y tus ojos, que no solo ven, sino también, bendicen y llenan de gloria a toda persona que tiene la posibilidad de conocerte.
Tengo que confesarte, que he quedado estupefacto por tu innata capacidad de poner en armonía, el café celestial de tu ojos, la brillante y espléndida excelencia de tu sonrisa, agregando del mismo modo, esa simpatía e inteligencia que inmensamente me deslumbra.
Todo tu ser,indirectamente me pide que sea mejor, que de lo mejor, para poder así estar a la altura de tu grandeza y es en definitiva tu destreza, lo que de ti me encanta, quiero que al leer esto, sigas siendo la misma, no quiero que ahora sorprendida me mires, solo deseo que puedas entender la razón por el cual, yo siempre te he mirado y sin duda alguna siempre voy a mirar.
Tanto ha sido mi asombro, que hoy te escribo y quiero que sepas, que sin importar que aun no te ame, ya has entrado a mi corazón y por tanto mereces una gran parte de el. De verdad que tu solo tu, me has hecho feliz, le has dado un poco de buena esencia a mi vida y de nuevo la has hecho vida; No se si me quieres, yo no se si te quiera, no obstante, en mi alma está el profundo deseo de quererte y que de igual forma tu me puedas querer.