Ezequiel Hugo Gonzalez

Una doncella indecisa y un poeta asesinado

Estás llorando,
porque aquel chico que no sabe reír se fue.
y me venís a buscar a mi, poco sincera,
aprovechando que yo, tonto,
rehusé a irme.

En un momentos fuimos tres hablando de cosas aburridas.
charlas de plástico,
Y se fue.
y somos dos.
intentando mezclar nuestro cuerpo.
tratando de crear así una criatura sin forma.
mentirosa, con complejos de sinceridad.
Entre charla y charla,
después de tan majestuosa danza asquerosa,
decidí irme yo también.
Al final lo comprendí todo.

Pero una vez me lo crucé,
lleno de aromas y flores,
con ojos creativos.
y me saludó,
y me fui.
Me enterré en mi acostumbrada bolsa de basura.
Mas tarde,
algo sentí en mi espalda.
Habías sido vos,
era tu culpa.
Siempre supe lo estúpida que eras
y sin embargo nunca te creí capaz de apuñalarme.
No querías reconocer que si me querías.
Pero ahora pareciera que nunca nada existió.