Lolaila

Desiertos de sal

Tras este cielo de sombras,
un interrogante azul,
que se sienta en la silla,
del rincón de mi memoria.
Nadie se viste de traje,
para sacar la basura,
ni acomoda su sombrero,
para ver salir el sol.
Pero la luz invisible,
sopla en las crudas ojeras,
y deja correr el cauce,
rumbo a desiertos de sal.
Las verdades nunca fueron,
pintan cruces de caminos,
triunfó el ego sobre el sabio,
cuando al tonto coronó.
El honor llega a dar pena,
¿ que es un apretón de manos\'?
la palabra ya no pesa,
ha perdido su valor.

Dolores Egea ( Lolaila)