rosi12

Ala golondrina y después I

Continuación ....

 

- Marisa, siempre tan esquiva,¿ por qué no me dejas que te ayude con los zapatos que estás hace medía hora tratando de desanudarlos.?

 Ella respiró profundo, porque no se imaginaba tanta confianza luego de haber pasado una noche juntos . Hablando de él, de sus esperanzas, de sus hijos que se habían marchado y un nieto que le había dejado a su cuidado, su hija que era dulce y de tan dulce se había marchado joven con un niño en brazos que alimentar y cuidar.

Este hombre Ricardo, que no había sido del todo malo como padre se había visto forzado por las circunstancias de la vida a educar un nieto ....

 

Marisa había llegado a la posada en plan descanso ...se encontró ejerciendo una vez más de terapeuta, cuando ella en realidad era editorialista, sin esperanzas ya de encontrar una buena pareja, que no la viera como madre, niñera o vaya saber que....Qué difícil se le hacía esta parte de la vida compartir.

Claro que la soledad le había traído múltiples beneficios , conocimiento de su voz interior, cursos de metafísica, clases de yoga prácticamente le faltaba muy poco para ser instructora, pero lo que se dice un  hombre no había encontrado y se temía que el resto de sus días se condoliera entre largos discursos de gente desconocida que quería triunfar en las letras o medios que ella cada vez se sentía más alejada.

Sí, había sido su modus vivendo, durante mucho tiempo el pan que trajo a su casa y otros premios le trajeron viajes y el conocimiento de gente muy interesante. De distintos lados del mundo culturas diferentes que le atraparon , incluso el aprendizaje de otro idioma, pero lo que se dice un hombre, para compartir su vida no....

 

Rubén era un un hijo adorable responsable que la quería y siempre había deseado, lejos de cualquier egoísmo de hijo único, que rehiciera su vida..No le fue fácil, en un comienzo ,por los compromisos que contraía, muchos viajes y falta de apetito sexual dado una de los efectos secundarios de ser consumidora de larga data de antidepresivos.

Se cerró la bata, ya que habían caminado mucho por los senderos de las inmediaciones de la posada y habían tomado un baño en la piscina semi-techada por orquídeas salvajes.

Como se le hacía pesado, ya se sentó sin más y le dijo que era un hombre admirable, pero que en realidad no tenía ganas de escuchar  problemas ,que suficiente tenía con los suyos y su intención de esos días era descansar y estar alejada  de escuchar planteamientos existenciales, que lo suyo era tomar un baño y acostarse a dormir y cuando le apeteciera salir a andar por ahí sin rumbo..

El que había tenido la impresión de estar al lado de una mujer increíblemente paciente y muy atractiva se retractó en el acto y le dijo que no le hablaría de ningún problema y que la invitaba a andar en bicicleta hasta el río, donde sabía que podían subirse a un bote y remaría hasta la otra orilla.

Marisa , esta vez no se dejó llevar por sus impulsos, se rió y le dijo que muy bien que si quería la llamara en la ciudad, y ahí vería que si su entrecejo había dejado de fruncirse saldrían a tomar café o lo que el quisiera.