ronnin_muchukunda

El viejo error

Fantasma de mi mismo,
ridículo y gracioso,
me miro bañado en mis errores.

La lluvia
vive en mis cristales
y mi alma
se antoja vacía.

Silencio,
leer,
escuchar
y aprender.

Encontrar una rima
que ilumine mi día
y sepa amarme
como yo a ella.

Paz, paz y paz.

 

Fue así como un día,
de mi paz escapó mi barquita
y se metió en turbulentos mares
que superaban sus posibilidades.
 
Mi barquita quería ser
El Dios de su creación.
 
Crear flores,
crear rimas,
crear amores,
crear fantasías.
 
Crear todo y más!
 
Algo que la merezca,
que la ilumine.
 
Aspiraba a perdurar
en sus pequeños milagros.
 
Apostó su energía
y se arriesgó.
 
Tanto le apetecía
que en sus proyectos
casi murió.
 
Cumplió sus espectativas,
creó lo que deseaba,
trajo lo que quería.
 
Volvió hecha pedazos...
maltrecha, solitaria,
pensativa y en paz.
 
Decidida a vivir en cada instante
su propia eternidad.
 
Ya lleva tanto tiempo
viviendo lejos de los hombres
que la extraño profundamente.
 
Tanto deseaba crear,
amar y perdurar...
 
Tanto amor por la belleza
y la sabiduría.
 
Ella se meció por años en alta mar,
muy lejos de los mortales.
 
¡Pobrecita mi barca herida!
 
Todos sus sueños,
anhelos y amores
fueron despreciados
por sus propios creadores.
 
Ya no importaba
crear
o enseñar a crear.
 
Sentir,
poder y hacer,
lo borraban al amanecer.
 
Entre acuerdos, temores y negocios
intercambiaban y destruían
los pequeños milagros de la barquita.
 
Los Hombres
y las Corporaciones codiciosas
evaluaban mejor las cosas.
 
Con meros espejismos
le robaron
la vida al mar.
 
Pobres hombres,
dijo mi barquita.
 
Ni siquiera supo odiarlos.
 
Permanecía inmóvil,
muy lejos de la orilla.
 
Nadie quiere milagros,
nadie quiere la vida.
 
La anhelan y se desesperan,
pero huyen cuando la encuentran.
 
Mi pequeñia Diosa frustrada,
mi musa resentida.
 
¿Qué sera de mi mundo?
¿Qué sera de mis rimas?
 
Mi barquita sabe de orillas,
mares, maremotos
y horrores inexplicables.
 
Desde el fondo del mar
encontró el punto de equilibrio
y siempre supo flotar.
 
Flota inmutable.
 
Ella se estima más sabia,
y más rica.
 
Pero no se mueve,
no llora,
ni rie.
 
No pide ni desea.
solo disfruta la paz,
 
Mi barquita hubiera muerto
mil veces
por crear algo valioso.
 
Vio al hombre destruir,
tergiversar y cambiar
todas sus creaciones.
 
Y se quedó en el mar,
muy, muy lejos...
pero no tanto.
 
Desea crear,
ver, aprender, nacer, morir y amar...
 
Desea tantas cosas, pero no sabe cómo evitar
al hombre y su codicia.
 
Así que solo vive el presente.
 
No pide ni desea,
solo disfruta la paz.
 
Y yo,
su dueño,
desde la oriila,
no se qué opinar.

 

© Julio César Medici. Todos los derechos reservados.