Con desafíos,
y con fríos,
y en eternos silencios,
arde como la tarde,
de un evento casi sin hechizos,
desde que el destino es alarde,
como la esencia,
como la ausencia,
que se viste de clamor,
cuando se da el paraíso,
cuando se abre una incógnita,
que sabe de eternidades,
cuando es tan infinita,
toda la vida con emociones,
desafiantes como el calor de todo un sol,
cuando me das el destino frío,
de tanto dolor en el alma,
porque me diste la fiebre en todo el cuerpo,
el vuelo lejos de mí,
se apoderó de la forma más vil,
en que se puede olvidar,
lo que por callar,
se da el abismo frío,
y sin querer se da el invierno,
con todo el fervor,
del mundo y en un rumbo,
se da la buena dirección,
de amar bajo la misma pasión…