Perforando cada letra de este poema, de una desnuda alma conquistadora y risueña como la tuya, porque hoy he despertado junto al alba, pero tu tan inquieta que no dejas de gritar le al sol y le dices:
“Somos parientes de la irritación, de los desayunos nocturnos, de la esperanza hecha amor, de mis labios junto a los suyos, Sol naciente dejame ser toda suya, como tu con la Tierra mia.”
Solo el deseo de decirle que la quiero, crea en mi las ganas de batallar con el sol, y tus ojos brillantes son el escudo de un amor de verano.
Ya no grites que me siento cansado y deja me dormir eternamente en tu sombra.