Huber 62398

XIII

Un día cualquiera como los demás

salí temprano de la cama

desayuné

y me dispuse a escribir un poema

 

de pronto como una ráfaga de viento

un picaflor entró por la ventana.

¡si supieras como se movía!

qué destreza para volar

qué manera de llamar mi atención

 

quise atraparlo y cuando lo conseguí

lo creí muerto

sus cortas patitas se movían

por donde yo las jalaba

 

y triste

acerqué mis manos a la ventana principal

con el picaflor entre ellas

e inmediatamente se echó a volar

comprendí que me había engañado

para ser libre porque eso es lo que es.

 

Volví a mi escritorio a continuar con el poema.

Tan solo había escrito:

                                     bueno

qué diferencia hay entre la mujer y un picaflor.