Mis ojos te gritan,
lo que de mi boca no sale,
Mis manos te explican,
Lo que mi mente te esconde.
Por qué tus lindos ojos cafés,
Me roban el sueño,
Y tus labios carmín,
Son todos mis deseos
Ay! Sus labios me gustan tanto,
Que los repaso A diario,
Me he aprendido esos labios,
De sólo mirarlos.
Vida mía:
En cada roce de mis yemas,
En cada lágrima que tu dejas,
En cada suspiro que tengo por ti,
Te vas guardando muy dentro de mí.
Si besar cada centímetro de ti,
Fuera un trabajo…
Ahora yo sería millonario.
Pero mi cielo, Mi dulce deseo,
Mi alma grita tu nombre,
Mi alma grita desesperada,
Mi alma te grita cada noche;
Cuanto está te ama.
Oh Mi amor, no me haga sufrir,
Que no necesito leer poesía,
Para aprender a enamorarla cada día,
Ni tampoco necesito un día más,
Para saber que en mi corazón tú estás.
Si los poemarios fueran una guía,
Usted cada día sería mía,
Pero oh mi cielo, vida mía,
Yo sólo quiero admirarla todos los días.
Si pudiera pedir un deseo,
Y plasmar en el todo lo que siento,
Usted sería ahora, Algo más que mi novia.
Cada sonrisa,
que nace en sus labios,
Cada mirada,
que se le escapa de sus lindos ojos.
Cada momento,
Que yo recuerdo y anhelo,
Cada reflejo,
Que aún yo veo.
Cada detalle,
Que usted me regala,
Cada palabra,
Que retumba en mi alma.
Cada fotografía,
Que tomamos de nuestra vida,
Cada familia,
Que nos protege y nos cuida.
Cada amigo,
Que nos hace reír,
Cada momento,
Que nos hace feliz.
Aurora Orozco