Sebastián Ramírez

Regreso de la huida.

Te miro, me ves, y huyes;
insensible y presurosa,
pero lo haces y lo gozas
sabiendo que me destruyes.
Pero tú nada concluyes,
me acostumbraste, perdón,
tal fue nuestra relación,
te ibas, así lo resuelves
todo, pero después vuelves
como lo es tu tradición.