Norberto Osvaldo Algarin

Semblanza de la humilde provinciana

Es la humilde y hermosa provinciana

de su provincia la joven más bella;

al pasar, cuando el sol de la mañana,

tibio candor su juventud destella.

 

Despierta en las guitarras melodías

que se entonan en las noches serenas,

cuando la luna en lentas agonías

viene a llevar las provincianas penas.

 

A su paso, los buenos provincianos

rompen el aire con algún suspiro.

Y su aroma hasta los montes lejanos

siéntese fresco a la hora del retiro.

 

De vahos sabrosos siempre impregnada,

sabrosos platos cocina en su rancho:

un rico pan o abundante empanada,

cuando acechando pasea el carancho.

 

Con su madre se pasa por los trigos

cual una augusta canéfora griega,

y su canasta repleta de higos

so el sol tropical al cielo se entrega.

 

Es la humilde y hermosa provinciana;

la que irradia candores de inocencia;

la que va, cuando el sol de la mañana,

enamorando con su presencia.