EL QUETZAL EN VUELO

POEMA DEL ALMA, QUE QUIERE SER VICIO DE TU PIEL

Me gusta escuchar música, poesía, el vino tinto y las mujeres,
La imagen del quetzal como reflejo de mi alma libre y rebelde,
Contemplar la tarde con un buen amigo o en la espera de ella.

 

Mientras cae la noche y ella no llega; leo, escribo y suspiro.
Amo sus grandes senos, sus piernas blancas y grandes ojos,
Cuando camina, sus anchas caderas imitan las olas del mar
Y es cuando mi barco levanta velas y navega su cuerpo.

 

Ella me confió su vida y abrazo mis poemas, invitándome a su escote,
Yo visité su lecho, borracho de lujuria y amor, camine tambaleante por un poema,
recoja mi aliento en su almohada, un beso en su sexo y la rosa en un jarrón.
Deje el poema en puntos suspensivos y me fui a buscar su conclusión.

 

Ahora que la encuentro de nuevo, vespertina y esperando,
Desconfía de mi verso, de todas las tardes que hay en ella,
De las estrellas fugaces que hay en mis letras y mi cielo,
De mi gusto por el mar y mi pasión por los versos de Benedetti.

 

Mi vida ha sido un verso sin corrector de estilo y faltas de ortografía,
Sin nihil obstat ni respeto por las rimas, siempre corriendo de un corazón a otro
Del pensamiento al olvido, de una cama a otra;
De Cesar Vallejo a Neruda, pasando por Miguel Hernández,
Piadoso, rebelde, erótico y nostálgicos como Ernesto Cardenal.

 

Cuando mi corazón sufre y el pensamiento me sangra,
Derramo letras envueltas en hojas  lanzadas al viento,
Ellas van como hojas secas, por el camino del sentimiento
Llenándose de metáforas y anidando en algún corazón.

 

Por eso te digo, que leas mis ojos y sientas mis manos.
Yo soy más que mis poemas, más que sus imágenes voluptuosas, 
Que el disfrute de un amor cada segundo, cada letra, cada poema
Pretendo ser ese vicio de tu piel, que no se pueda decir en un poema.

 

Yo soy más que un poema, fui quetzal en vuelo y verso libre,
Llore como cisne y cante de agonía por un amor que se fue,
Fui sentenciado por besar unos labios y prisionero de su cárcel vaginal,
Pero ya cumplí mi condena, ahora quiero dejar de ser verso, de ser poema.

 

Mírame como soy, ya no soy ese ciudadano del instante, trásfuga del suspiro
Soy ese que camina a tu lado, que no busca la noche ni empuña un verso,
Ahora soy ese, pretérito de un verso, un ser real cargado de realidades
Que no busca la noche, ni tus pechos, ni juguetear con tus piernas
Solo busco tu amistad y con el último intento; callar los murmullos-

 

LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO