En etéreos cristales, recuerdo la luz de tus ojos y vuelvo a soñar...
Un fragmento invisible adherido en mi pecho, se remueve.
El alma inundada, y nuestro eterno amor...
El anhelo... un sueño impecable y lejano, extraviado en el horizonte,
Y vuelvo al amado lugar entre la oscuridad y la noche,
A la desnudez de tu piel, y sentir el fuego en tus besos eternamente...
Admito, que me amas, el calor y las llamas me lo trasmiten,
Resulta innecesario morir, estas en este mundo,
Me pregunto si han sido mis ansias de amar, las que te mantienen en el mundo,
Reloj mi pecho rompe el silencio, quebrando el silencio del crepuesculo.
La melancolia sembro el orgullo, el descuido fue mi perdición,
Pero los llantos no retornaran,
Eternamente contaré, la única verdad absoluta,
A veces siento que muero, entonces retorno al principio cada vez menos lejos...
En la oscuridad de mi pensamiento, y el corazón fragmentado,
Sueño algún día alguna estrella fugaz atraviese el cielo bajo mi extenuada mirada...