Lupercio de Providencia

La muchacha del parque...

 

Una muchacha en la fuente solloza,

el agua clara y bullente se vierte,

clama su esencia piedad que no llega,

la gente sorda pasea en el parque.

 

Pupilas tristes tenía la chica

cual pozos secos de tanto llorar

y sus mejillas dos rosas de fiebre,

el color púrpura brota en la fuente.

 

Era la sed en su boca un rubí,

como quisiera ser cántaro vivo

para entregarle el consuelo en un sorbo,

así apagar su inquietad y sus penas.

 

Con paso-piedra se aleja despacio,

deja en el aire una estela de frío,

su labio gime y se agita en silencio,

lleva en el alma su amargo dolor.

 

 

Lupercio de Providencia