Marla C

Ayuno

Y llevaba tres días de ayuno, no era una historia que no conociera, pero el cuerpo decidio estarlo,

la tristeza se había convertido en alimento y ella no deseaba comer más.


Se llenada hasta los ojos de tristeza, de absoluta y resuelta

como cuando a la madre le quitan su hijo de los brazos o

al hombre cuando le da sed de venganza...


Así comía ella su tristeza, con tantas ganas para no desear nada más,

ni los más antigüos animales que le acompañaban la pudieron recuperar,  

hasta que llegó un fantasma esos del ayer,

esos amigos muertos le pidio el favor que la escuchará,

que recordaba cuantó había luchado para vivir... y hoy ella ya no estaba.


El ayuno le había contado lo que ya sabía, hoy no era el día de morir, aunque supiera cómo.

 

Obra: Concierto en el Huevo.