Beatriz Blanca

*** PÁGINA VACÍA***

Quise probar el verano de tu boca

pero, las cenizas invadieron de repente

eras una nube sedienta pero demente

que pasó cual ráfaga que no se invoca.

 

¡Ahora, oyes mi sangre de repente...!

ahora que te has quedado solo e inerte

por el instante en que miraste a la muerte

¿Podrá mi alma acariciar tu frente?

 

Cuando has robado de mi cielo las alegrías,

provocando tenebrosas horas de desvelo

que me depararon días oscuros y sin vuelo

por entre mis orillas desnudas y frías

 

Ahora que el viento se te hizo espeso

girando entre tus sienes y mi desencanto,

Sé que soy el único camino para tu llanto

por este pálido rezo, que tan débil expreso.

 

Estás allí, donde se retuercen las serpientes

entre los escapados deltas del infierno

vistiendo tus ropajes de invierno,

¿Por qué lloras y oras, si no te arrepientes...?