Enrique vega

El color del alma

No me duele el mañana,

solo conozco este instante;

este infinito verano de melancolías,

melancolías silenciosas, soledad de rosas.

 

No me duele el mañana,

solo conozco este instante,

este infinito jueves de profunda soledad,

jueves helado, eternamente alado;

nada es nunca lo mismo,

salvo que llegues.

 

Incluso si beberte trae la ceguera,

las lágrimas en los suspiros,

el revés de los respiros;

no me duele sino tu ausencia,

la ausencia,

las cortinas, las calles, los horarios, los jueves;

todo se sustrae amor mío,

nada es nunca lo mismo,

salvo que llegues,

con tu alma de luz, de música y de flores.