Aquellos que padecen mortal melancolía,
que llevan en el alma las penas del amor,
que tienen en su rostro las huellas del dolor
y pierden esperanzas sin nada de alegría.
Los seres que los golpes feroces de la vida
de forma despiadada les dieron pura hiel,
que dichas les negaron, que no probaron miel
y viven su existencia con fe desvanecida.
A quienes los abrojos los dejan desolados,
y fuera su camino, de sombra, de impiedad,
que miran al futuro con poca claridad
sintiendo que navegan por mares encrespados.
Los tristes que se piensan con sueños ya perdidos,
que nunca en su vereda la paz podrán sentir;
enciendan sus antorchas que pueden resurgir
y nunca se comporten cobardes ni vencidos.
Jamás la fe perdamos, es fuente de poder
que la madre Natura nos llegó a regalar,
enfrentemos la vida con valor, y luchar
por los sueños hermosos que podamos tener!
En las horas amargas de tristeza y de espanto,
en los días terrible de la fiera tormenta,
su coraje levanten, que la lucha alimenta
a los hombres valientes que destierran el llanto!!
Autor: Aníbal Rodríguez.