Martín Raviolo

EN MEMORIA DE HORACIO FERRER

 

Cuando el Tango se apagaba 

y todo parecía ya escrito 

apareciste vos...

mezcla rara de dandy y verseador, 

bohemio bien empilchado 

... y con moñito.

Original... casi grotesco 

para el mundo del gotan. 

E impregnaste al Tango 

de tu verba desvariada, 

con neologismos... surrealista

con lenguaje de bluyin. 

No bailabas... no cantabas,

ni naciste en Buenos Aires 

- No es necesario !

(como alguna vez dijiste)

al Tango hay que vivirlo. 

Y tus rimas fueron canto, 

lamento del dos por cuatro,

se hicieron lugar, tomaron vida 

junto al canyengue chan... chan

del amigo bandoneón. 

De la mano de tus versos 

se unió el sórdido arrabal 

al perfume de La Recoleta. 

Te imagino entre nubes recitando...

Pichuco y Astor sudando 

con sus fuelles rezongando...

el Polaco cantando...

y en un paréntesis del Tango 

tu voz ronca declamando 

algún sueño hecho canción.