Teodocio Potes

LA CLAVE DEL DESTINO

¿Quién tiene la clave misteriosa del destino?

¿Do está escondida o sepultada?

¿En el fondo mismo de los mares,

en la luna, en el movimiento de la tierra,

en las estrellas?

¿Acaso en el átomo, en la molécula,

en el gen o el electrón?

¿En el alba, en el ocaso,

enredada en los vientos,

a la sombra de un grano de arena

perdido en un desierto?

¿En la saliva de una hormiga,

en las fauces del león indómito?

¿O tal vez, por la ley de la ironía,

en la punta de mi nariz,

en la mugre de mis uñas,

en la flatulencia desprevenida?

¿Nadando en mis venas,

en un rincón perdido y empolvado

de mi cerebro emocional?

¿En mis pasos, en mis sueños,

bajo la falda de mi vecina,

en el policía de la esquina, en su bolillo,

en el poderoso político elegido

que habla otro idioma

allende las fronteras?

¿Dónde diablos esta la clave?

¿Dónde putas?

¿Tenemos acaso que morir

sin conocerla?

¿Acaso todo el esfuerzo histórico

por entender la vida,

por comprender el mundo,

por desentrañar las cosas,

por inventar las ciencias,

por descubrir las leyes,

no han servido de nada?

 

Destino miserable y abusivo

te reto a que te atrevas

a partir de mañana

a presentarte a cada ser humano

y les confieses al oído

que eres ilusión,

que el futuro no está en tus manos

ni está escondido en ningún lado.

Mejor dicho, que confieses

que no existes

que en verdad

no alcanzas a ser ni el hoy

y no vas hacia el futuro

si no por cuenta de quien

te anima a soñar desde hoy

en un mejor mañana.