Ranzeth Gómez Navarro

ONÍRICO DE ANURA

 

                                   -paseo nocturno-

 

Luna, traviesa, jugó a ser novata

e inoculó a su luz adormidera.

Una languidez besó a la biosfera

e hizo se desnudara de su bata.  

 

Sobre los charcos oíase una sonata

cual si Floripondio quedo tosiera

inspirando a los bichos su quimera,

prendiendo en sus centros una fogata…

 

Chapoteando en eróticos delirios

Anura desmayaba entre los lirios

eclipsando la dulzura, el amplexo.

 

Tú, con un haz de luz en tu entrecejo

me alabas por los campos del cortejo

mientras dios nos miraba genuflexo.