Mane Castro Videla

El amor acrisola al amor.

Si no quieres sufrir, renuncia a amar, esa es la prueba más convincente que amamos.

El amor acrisola al amor.

Y uno sola, sufre, ama y vive, es inseparable estas tres realidades, sin importar su orden.

Aprendí a amar, a fuego, a amar incondicionalmente a cada uno de mis hijos.

Ni el vivir ni el sufrimiento y el vivir tiene otro sentido.

Es ser más allá de ellos, es recobrar las fuerzas.

Es ser el repicar de la campana, el corazón latiendo.

Es sentir los cielos, el milagro y el lucero.

Es ser el aliento dando vida, creciendo en nuestro ser al niño Dios en el alma.

Es dar a luz al hijo y ser la madre.

Y ser la realidad de la promesa ofreciendo con y por amor, el corazón solo inclinada a Dios.  

 

Manè Castro Videla

Hija, Mujer, Madre y Amante de Dios