Ramón Bonachí

Romance del reloj y la rosa

Romance del reloj y la rosa.
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¡Ay rosa!, dime tú, ¿que estás mirando?,
¿mirando en la pared, tan casto objeto?.
¡Ay rosa!, rosa mía, mía rosa,
que escuchas el tic tac,y azota el miedo.
Impasible el reloj oye tus quejas,
- ¡Las doce son las doce, que tormento!-
mis horas se transforman y son meses,
me quedan siete días o algo menos.-
El son acompasado se desploma,
golpea tu adorable terciopelo,
y daña este color morado y vivo
que luces y perfumas por derecho.
Ahí, sobre la mesa te percatas,
que siguen las manillas su proceso,
se quieren adueñar de tu hermosura
y darte a ser posible un raudo entierro.
Los Soles, el reloj ,va y los acoge,
y aguarda en un baúl los que son viejos,
la luz no da calor y también huye
dejando que la noche haga su efecto.
Al ser tu cuerpo etéreo penetrable
el frío mi pequeña,te es molesto,
molesto y a la vez ¡tan peligroso!,
que incluso hasta el reloj suena con eco.
Las doce de la noche, un nuevo día
que nace y a la vez daña tu cuerpo.
¡Ay rosa!, rosa mía , mía flor
disfruta un día más, que el otro a muerto.