Adrian Labansat

DESEMPLEADO

Te escribo parado sobre este desempleo,

mirando al norte, ahora que soy clandestino

sin el sur tan sospechoso,

sumado a larga fila del hambre sobre el oeste,

rumiando frustraciones,

rompiendo las partidas,

brujuleando a los que se fueron

los que se irán a los para siempre,

recibe mis flores con cicatrices

humedecidas con el llanto de la tierra

donde me siembro todos los días,

a la hora que me ajeno

de ti, de todos y de todo,

encerrado en la carne que me apresa

en el sillón de hiel, amarillo como los días,

algunas hojas cuelgan todavía

en este otoño en el que vivo eterno

donde tal vez me case con tu fantasma

y subamos las escaleras felices

donde descansa nuestro gato triste,

¿has oído como maúlla la tarde?

¿cómo se erizan las nubes ahora que no estamos?

te redimo, para amanecer crucificado,

para perdonarte de todos los modos posibles,

a veces me nace alguien en la cama

para no sentirme tan solo,

sobre todo, cuando la luz esta tan lejos de la lámpara

y no logro alcanzarte en mis sueños.