Algún día desperté y me pregunte ¿Quién se los llevó?,
Se perdieron supuse, se desvanecieron en el inmenso mar del infinito,
El mundo seguía su cauce, los minutos, los segundos nada cambio en el mundo,
Entonces recordé mi destino, aquel desgarrador y soñado pero repulsivo augurio,
Aquellos sueños viajan lejos de mí, disparados al infinito y extraviados,
No logro recordarlos,
Extraviados en la ilusión y la fantasía,
Como la luz de una estrella distante, cuya luz se extravía en el universo,
Siguiendo las huellas en la playa desaparecidas bajo las olas del mar,
Como quien sigue un sendero no trazado en la espesura del bosque,
Así me encuentro en el borde del mundo,
A punto de caer, al infinito cráter del destierro,
En el yermo devastado, desierto, vacio, estéril, envuelto en las sombras,
En aquel laberinto que un día fuera el paraíso a través de su mirada,
Sueños y anhelos, convertidos en una ilusión desvanecida,
Donde ahora noches eternas, que fueran días radiantes y sonrisas de amor,
Desde aquí el firmamento es nublado, sin luna, ni estrellas,
El mundo sigue su marcha, todo continúa igual, nada cambia,
Solo el dolor y la amargura se han detenido en mi alma,
Destruyendo, aniquilando, consumiendo lentamente la vida de mis venas,
Y sin embargo jamás me arrepentiré de haberte conocido,
Y sin embargo el mundo continúa su marcha nada cambio,
Solo el dolor y la amargura detuvieron su paso en mi corazón…