TOKOTSURE

EL EGOISTA II

Amor mío que la luciérnaga enciendan la desnudez de tus hombros,

Que sea la mar la que se suspire tu despedida,

Que sea la arena la que roce tus caderas,

Que la almohada arrulle tu espalda,

Que sea yo el que irrumpa en tu placentero cuerpo,

Que sea el sol quién en compañía del viento revuelva tu cabello,

Mis manos quienes lo inquieten,

Que sea tu cuerpo el que me enamoré,

Tus pechos los que rocen mi abdomen,

Tu saliva la que me enloquezca, de amor y pasión.