Gracias mi Dios
por la oportunidad de mi existencia
 con un  alma cargada de esperanza
 y la fe de soñar en otra vida.
Por colmarme de amor y de bondades
por permitirme ver mis necedades
 Y por pedir perdón, cuando amerita.
Por esta gracia inmensa que es el libre albedrío
 y navegar en este inmenso rio donde arribo a mil puertos
por la capacidad de amar,  sorprenderme ante la frágil flor que habita en el desierto
 o profundos  misterios que guarda el universo.
Gracias mi Dios
por permitirme  ser y estar, por reír y llorar,
sumar y restar cuando llega el momento por mis seres queridos
por darme calidez y amor  para honrar a los vivos
 Y alas para volar que no dejan perder la huella de los muertos.
Hoy en tu nacimiento, abrumado Jesús, con tantas peticiones
tan solo vengo a agradecer;  a ofrecer mi fe y amor incondicional
 queda la eternidad para hablar de errores, temores, y tal vez de algo más.