Carlos Justino Caballero

MIS HIJOS

Viéndolos crecer

me sacié en ellos.

Aspiré fragancias puras

y deleité mi alma

contemplando

virtudes en vaivén.

 

Los juzgué entonces buenos

y los sentencié amados.

¡Libres!

 

Los vi emprender

su propio vuelo,

resuelto y sereno,

como palomas mensajeras

a la vida.

 

Feliz me sentí

y me vi cumplido

en mi obra consumada,

en el constante enigma

develado.

 

 

De mi libro “De alboradas y de ocasos”. 2005 ISBN 987-9415-21-3