yito

Caín.

 

 

A amarla estoy condenado

Dios me impuso ese castigo

de su amor ser un mendigo

a su beso encadenado.

Que mar retiene enterrado

de mis sueños el jazmín.

Hubo un principio y un fin

un despertar dulce y tierno.

Seco el capullo mi invierno

de los dos, yo fui Caín.