TOKOTSURE

EL EGOISTA

Amor mío ¡te adoro!, en la lobreguez del día a día,

En tu nombre conjuro sortilegio sorprendente,

Improvisado en la infinidad del cosmos enigmáticamente,

Trazado bajo llama y el linaje del alma mía.

 

Tú existencia, tus pasos se funden hacia el futuro, eres la guía,

Que conduce al próximo amanecer, cálidamente descanso en tu regazo mi mente,

En noches de algarabía permanente,

Apetito grabado y fundido en la piel, anhelo de cada día.

 

Es tu voz el resplandor del crepúsculo, cálido acento

Efecto interminable, fragancia inmortal y cambiante

Descubriendo, renovando, un antiguo secreto.

 

Escucho tu voz estremeciéndome, la piel se eriza

Exhalando la cercanía de tu aliento

El corazón se dispara calcinado, y convirtiéndose en ceniza.