Santiago Miranda

En la estrecha zona

 


Entrar ahí, un paraíso subterráneo
No es sencillo, buscar los brillantes minerales
Relumbrando en la noche más larga
La presión nos derrumba, hacia los lechos
Sedientos de costado, donde nuestro límite
Habrá sido indefinido, un gozo perpetuo y efímero
A la vez, en camas rentadas al destino
Donde nuestro ser será, ofrecido
Al simbolismo de acabar en otro y renacer
En interminables hecatombes del placer
Y tu dolor, que entregas bajo la promesa
Del amor sangrante trasmutas en éxtasis
Y perdición de sí, ambos ya fuera de nosotros
Desaparecidos como miles en nuestra patria
Ya sin hogar, reventado, vuelvo a exprimir
Mi vida, lechosa estrella en tu campo tachonado de oro
Infértiles laberintos, me has permitido
Entrar al trance y no saldré /sino herido/
Me quedo habitando la entraña más tierna
Sin temor al ahogo, expulso mi ser
Y un día de estos todo ya habrá acabado