Me gusta el aroma del mar
cuando brota de tus poros,
o cuando en tu mirar profundo
se despliega el horizonte.
Me gusta la arena viva,
revolviendose en tus pasos,
y la travesía silente
de la luna hacia tus brazos.
Me gusta el fragor del oleaje
contra la roca en silencio,
como tus besos, calientes,
derribando mis inviernos.