un pincel viajero
al horizonte pinta
el parpadear apurado
del alegre amanecer
un rayo de luz alumbra
jugando entre sombras
de alborada naciente
en las copas de los árboles
el suave rocío refresca
los pétalos de los labios
dispuestos para el beso
sabor a frambuesa y a miel
el mar mecido por sus olas
plácido acaricia a la peña
renueva los sueños de vuelo
en su insaciable cópula
la libido pugna en torrentes
e ignora hábil las reglas
por la avidez incontenible
con la que toma posesión
estío que no es lujuria
es estación que sofoca
ahoga el ímpetu de la vida
en la languidez del abandono.
@Rodolfo Dondero Rodo.
05.12.2016