Pablo R.

ELEGÍA...

ELEGÍA...

Hoy por fin he decidido soltarte,
y no se debe a que ya no te quiera
o porque yo haya dejado de amarte.

Pues te juro que mi vida la diera
por pasar la eternidad a tu lado
morir amándonos en nuestra hoguera.

Pero este cruel destino malhadado
ha querido que tú en verdad no me ames
con la devoción con que yo te he amado.

Te pido mi amor que no me reclames
porque la desición ya está tomada
por más lágrimas tristes que derrames.

Nuestra relación ya estaba acabada
y por mucho esfuerzo que le empeñara
de desamor siempre estuvo viciada

y por mucho que mi alma se dañara
mi corazón siempre fue para el frente
a pesar que malherido acabara.

Por más que mi gran pasión fuera ardiente
y te diera mil besos atrasados
tal vez mi ilusión fue la de un demente
por estar los dos con otro casados.

-. Par