Esteban Mario Couceyro

No soy yo...

Hoy he descubierto al levantarme

que no soy yo

que otro despereza el sueño frente al espejo

mientras me baño…, que rara sensación

tocar con pudor ese cuerpo.

 

Tras afeitarme, lavo la cara

y de reojos miro el espejo, esos ojos

que me miran extraños

sin saber quien muestra los dientes.

 

No quise despertar a esa mujer

de bellos cabellos en la almohada

que sugería el cuerpo en las sábanas

cerré suavemente la puerta y salí turbado.

 

Me vestí con la ropa que encontré preparada

tomé un maletín que había junto a la puerta

ya en la calle, un hombre me sorprende

abriendo la puerta del automóvil.

 

Dejo que todo fluya, no me opongo

el conductor, me saluda diciéndome doctor

comenta del hermoso día

a mi lado el otro hombre toma el maletín.

 

Nos detenemos en un edificio

mi acompañante se baja y abre la puerta

otro hombre, desde el portal nos saluda

también me dice doctor.

 

Entramos y en el ascensor miro el espejo

mi acompañante, con el maletín

y el doctor, que no se quién es

nos detenemos y en el pasillo todos me saludan.

 

Hace una hora, que estoy en este despacho

el maletín sobre el escritorio, es testigo que pedí no ser molestado

la ventana deja ver la ciudad, el sol está pleno

abro y me asomo al aire fino de primavera

mientras esos pies cuelgan en el vacío.