Pasamos por el camino, tenue, áspero e inquietante.
Creyéndonos una estrella perdida entre las nubes, en busca de luz, pero con el tiempo descubrimos que no somos estrella ni mucho menos nube.
Sólo somos una chispa de fuego buscando propagarse e incendiar todo...
Eso somos. Destrucción. Como si para eso nacimos.