Rafael Escobar

\"BLASFEMIAS Y HEREJÍAS\"

Como diez años tenía

cuando en mi pecho colgaron

una cruz, la cual decía:

Por ti lo crucificaron!

 

Yo le pregunte a un asceta

lo que significaba eso,

y con rostro de profeta

fue a traer un libro grueso.

 

Comenzó a leer historias

de aquel libro misterioso;

apréndelo de memoria

me dijo en tono amistoso

.

Escuché con atención,

pregunté: quien lo escribió?

Como sabio respondió

muy repleto de emoción.

 

Me dijo: Dios lo escribió

para que tu le obedezcas,

para que muy feliz crezcas;

cuando lo hizo en ti pensó.

 

Me hablo de su gran bondad,

de su amor y omnipotencia,

como premio a mi obediencia

iría a la eternidad!

 

Más sus historias también

tenían aguda pena;

tendría brutal condena

si no me portaba bien.

 

Que si yo no obedecía

cruel castigo iba a tener

que en el infierno iba arder

donde mucho sufriría.

 

Al oír lo que decía

sentía miedo, no amor,

de la advertencia, el horror

en mi mente comprendía.

 

Me hablo del diablo y pecado,

de la Santa Redención,

de los que hayan salvación,

del que será condenado.

 

El tiempo se fue pasando,

en hombre me convertí,

un día al asceta ví

que venía meditando.

 

No tenía en su semblante

su mirada adormecida,

en su rostro había vida

vestía traje elegante.

 

Cuando me fijé en su cuello

vi que la cruz no llevaba,

dijo algo que no esperaba

cuando se dio cuenta de ello.

 

Me dijo: Querido amigo

de niño yo te enseñaba,

a mi mismo me engañaba

con lo que hablaba contigo.

 

Tuvieron que pasar años

y descubrir la verdad,

del gran Dios y su bondad,

encontré muchos engaños.

 

Un día abriendo mi mente

pude llegar a observar:

el mal no puede acabar

siendo tan omnipotente!

 

En mi cerebro bullía

la historia del albeldrío,

mi razón cobraba brío

entre más yo la leía.

 

Me pregunté varias veces

porque impone condiciones,

sus supuestas bendiciones,

se deben pagar con creces?

 

Si en verdad el existiera

 con tan enorme poder,

nada habría que temer

y en la tierra paz hubiera.

 

Al mirar tanta amargura,

hambres, guerras y tiranos

Dios; te digo, es sueño vano;

con convicción muy segura.

 

El fue del hombre un invento

para obtener fama y gloria;

el paraíso es historia,

el infierno es puro cuento.

 

Cuando me iba a despedir

dijo al estrechar mi mano:

Busca forma de vivir

sin hacer daño a tu hermano.

 

Tu no podrás obtener

castigo ni recompensa,

tan solo la paz inmensa

que tu alma podrá tener.!

 

 

Autor: Anibal Rodríguez.