L. Tapia

Ius-soneto

¡Oh, nadie lee a las letras sin alma!

y nadie entiende su triste Derecho

ni licenciados lo hablan, ¡es un hecho!

argumentan años, pierden la calma

 

y Kelsen, su Ley, los tiene en la palma:

lenguaje arcaico, críptico, bienfecho

positivista, pedante, desecho

bestias cuyo lenguaje sobrenjalma

 

sus abusos. fraudes, trampas infames

juegos de leyes, mentiras piadosas

y todo por lo que un día reclames

 

malas palabras, idiotas letames

y antes de atacar mis voces furiosas

te digo soy abogante, ¡no mames!