Ramón Bonachí

Romance de la muerte y el vivo

Romance de la muerte y el vino
.
Liviana como una pluma
en una noche muy fría,
una dama se acercaba
con la tez descolorida.
- ¿La puedo ayudar en algo? -
le dije al pálido enigma,
tiene desvaído el rostro
me lo dicen sus mejillas.
- Quiero casarme contigo
y llevarte hasta mi isla,
allí serás sempiterno
lejos de esta perspectiva.
-No me apetece el melifluo
de esta gélida entrevista,
ademas , estoy casado
con una preciosa ninfa.
-Yo no soy nefelibata
mi presencia es tu desdicha,
te dejo decir adiós
a esa que tú tanto estimas.
Entonces me desperté
de un mal sueño con intriga,
pero con la boca seca
y oliendo mucho a ceniza.
Más tarde encontré un mensaje
encima de la mesita
que decía, - ¡ no te olvides
y despídete deprisa !