Nicolás Blanco

Ebrio


Le temo a la muerte,
pero más le temo a la vida.
Es por eso es que me gusta emborracharme,
porque la muerte ya no me preocupa
y la vida no me asusta.
Me sincero, con ellos y conmigo mismo.
Me quejo, con lo que no estoy de acuerdo.
Y creo en mí mismo.
Los tontos no me interesan,
me escapo de todo eso.
Pero si me regalas tu abrazo, lo acepto.
El problema está cuando me gana y duermo.