Dixon Calvo Cespedes

Somnoliento

Afortunadamente
Ese día había tormenta,
Una resaca de hambre y de vinos
El sol nunca se mostró
Afortunadamente
El cielo no estaba desnudo,
Gran manto de nubes
Era el último de los recursos.

Afortunadamente,
Vos estabas ahí,
Con manos extraviadas;
Empapada por la lluvia
Me recuerdo ver tus zapatos
Y tus alfileres
Eran como piedras en un rio
Afilados, silenciosos
Como esperando dormirse
Entre pieles y despertarse sin vacíos.

Afortunadamente,
Soplaba el viento,
Tan fuerte que arrancaba
Hasta las espinas de los rosales
Y yo, que no podía quedarme quieto,
Inmune, ante tal persecución
Y delirio de torpeza
Del invierno en pleno verano
Decidí abrazarte, conjugar tus verbos
En tiempo futuro
Con el sustantivo de mi labios.

Afortunadamente,
Y lo digo con derroche
De emociones,
Vos llevabas un paraguas
Que con nadie habías usado;
El tiempo es justo y es honesto
Nunca más nos volverá a mojar
Tormenta alguna,
Así, tajante sin pretextos.