Bernardo R. Villatoro

Antes de la noche eterna

Siento el latir de su corazón

Creo volcar todo afán

En un vaivén sin razón,

¡Pienso ser su Leviatán!

 

Cae la noche y con ella, el sopor.

 

No siento mis ojos

Pero siento su calor

Busco entre sombras

Y nos encontramos con temor.

 

Como demonio hambriento

Trato de despojarle la vida

Cercenando sin dolor su aliento,

Deviene después la confusión.

 

Cae la noche y con ella, el sopor.

 

¡A caso hemos muerto!

O sólo es un intento,

De no ser cierto busco un instante

Para seguir en su aposento

 

Déjame vivir

Aunque en muerte deje de existir

Sólo sus palabras me dirán el porvenir

Y felizmente podré sucumbir,

 

Como bestia herida en batalla

Sin dejar rastros de mi existencia

Para sólo vivir en la eterna noche 

Y el sopor.