Quisiera una río que me bañe
en nostalgias y alegrías,
un conjunto de lágrimas unidas y
la esperanza de victoria,
sin laureles ni aplausos.
Quizá el alma de las mariposas
que se acarician con musical encanto
donde el limonero se recuesta
a entregar sus frutos en la mano.
Había una vez el cuento de \"Había una vez\",
la gracia maestra de los años
y un amor sincero igual al mío,
una bandera colgada de un rosario y
una lluvia en la ventana
para que el rosal crezca
cada vez más alto y
tu cara junto a la mía.
La lagartija del tiempo
trepa por los muros
sin dejar de observarnos.
Que vuelvan las tardes felices,
qué no quede todo olvidado,
los mismos animales escondidos,
el mismo verde en el follaje,
las personas serenas, mudas;
hablar sobre tu nombre y el mío.
Hoy todo se esta muriendo,
veo el ocaso alienado e incierto y
pasa el tiempo sobre aquella nube;
expectante observo toda la lejania,
el árbol lentamente se seca y
a veces me acuerdo de ti.