Rayo Yording

A una alondra

 

 

Vuela inesperada en mi mente una alondra
entre la oscura niebla que me cobija,
tíñese el color del color que ella elija
martillando mis neuronas cual aurora.

 

Del monte en la ladera baja a prisa
luz de una plácida lumbrera,
que en ondas fatuas el fuego atisa
sin querer, queriendo como de a de vera.

 

¿Qué sustenta poco si estoy contentado?
que la luz que ando apresurado viera,
que remando en desierto ando remando
si me entiendo yo, o me entendiera.

 

Vuela apresurada mas la alondra
como si escaparse quisiera,
mas abierta dejo la mente a espera
y en puerta abierta aguarda venidera.

 

Si es de llama porque la lluvia no le apague,
si es de rosa yo el gusano le matare,
mas si es avecilla de arcilla mía
que no le envenene el sol con brasas de un vano día.

 

Alondra responde:

 

Forastero de nombre desalentado
si en vuelo ando atormentando
con luz clara de vida pasajera,

 

no aterrizo en blanca lona viajera,
que en espera, espera otro amando
que amarle, amar le ando llamando.

 

Cansada llegué a su remanso,
y por vuelo quedo, me quedaba
y al volar a él llamándole voy le amando.

 

Ni pretendo le, ni me esfuerzo,
que gana más la boca callada
si me entiende usted, o me entiendo.

 

Quisiera Dios otra enamorada.