Adrian Labansat

EPÍTOME DE UNA MIRADA

 

 

Simpatice con la vida y la muerte,

eran una mujer de sombra y humo.

 

Todo inicio en la soledad como ley

donde lo absoluto solo es péndulo

mecido sobre nuestros pensamientos,

cráneos que terminaran pulidos.

 

Desesperado busque lo eterno,

con mirada amarga

mire soles y lunas,

nada de lo visto fue inamovible.

 

Sobre desencajados calendarios

el vacío del corazón cruzo

el minúsculo y asfixiante fragmento de la vida,

cuento cruel de cristal cortante.

 

Embalaje para dos cuencas,

le desertaran los ojos,

los que miraron para crear el mundo

donde me imagine hombre.