Brisa

Risa

El sosiego del desesperado,

y el de los nervios alterado,

es la risa el bálsamo del desalentado,

porque hasta el más desventurado

siempre encuentra en la sonrisa

un empujón desmesurado,

a seguir dando los pasos,

a volver a dar la mano,

a sentirse más de un lado,

a creer en lo sagrado

en el perdón y los abrazos...

 

He visto reír al de las manos vacías 

al que deambula las calles con penas,

lo he visto reír con tantas ganas

como si del que sufre por nada se burlara

del que se queja de desazones vanas,

del que no escucha a quien le habla,

del que encerrado en si mismo anda,

de vos, que de vivir no entendés nada.