Silvestr

Gracias a Dios

A ti, que te he declarado la guerra unas contadas veces; no tengo miedo de cual sea mi paradero, sea cual sea... 

A ti doy gracias por está vida llena de experiencias vividas y no vividas, agradezco las compartidas con tus hijas e hijos... 

¿Sabes? He de confesar que me enamoraron los ojos de esas chiquillas traviesas, se acercaron a mi con tal vitalidad, que me fue imposible alabarlas como herederas de tú reino. 

¿Sabes otra cosa? He de confesar que me intrigaron las conversaciones con tus herederos, son tan inteligentes y sobre todo sabios, solo me quedaba en silencio para escucharlos. 

A mi corta edad, siento haber vivido lo que tenía que vivir... 

No lo malinterpreten, por favor; es solo que al ver este planeta con todo lo que tiene y no tiene, ¡me conmueve el corazón!

Esa ambivalencia es lo que se me hace enigmático y divino, mi alma lo quisiera poseer, pero; es muy pequeña. 

Comparada a la de ustedes, princesas y príncipes de este mundo, es microscópica.  

¡Es que veo la belleza en todo! 

Me encanta ver los ojos de colores de las mujeres una fría y oscura noche, así como también el calor y estruendo de una bomba en palestina. 

Me fascina escuchar las carcajadas de los compañeros albureandose, así como ver una pelea callejera de estudiantes de secundaria. 

Me excita ver un streptease un viernes de quincena al igual que ver al cocodrilo devorando una cebra en la televisión.

Me sorprende que la ciencia este creando vida inteligente a la ves que siga habiendo hambruna en África. 

Creo que mi existencia se maneja así: 

\"Amistad y odio son opuestos, ya el amor los engloba\" 

Gracias.